El flan cubano es un símbolo de reuniones familiares y celebraciones de la isla, como un legado de la fusión entre la tradición española y los ingredientes caribeños, logrando un balance perfecto entre cremosidad y dulzor.
¿Cómo preparar flan cubano?
Primero debes preparar un caramelo oscuro que recubra el molde y luego trabajar en una mezcla de huevos y leches que se hornea en baño María para lograr una textura sin grietas.
Información nutricional
Cada ración de flan cubano contiene aproximadamente 300 kcal, 7 g de proteínas, 12 g de grasas totales (7 g de grasas saturadas), 150 mg de colesterol, 40 g de carbohidratos, 35 g de azúcares y 100 mg de sodio.
Receta de flan cubano auténtico
Preparación: 20 minutos
Cocción: 60 minutos
Raciones: 8 personas
Ingredientes
- 5 huevos grandes
- 1 taza de azúcar blanca
- 1 lata de leche condensada
- 1 lata de leche evaporada
- 1 cucharadita de vainilla
- 1 pizca de sal
- ¼ de taza de agua
Instrucciones
- En una sartén antiadherente, mezclar el azúcar y el agua. Cocinar a fuego medio sin revolver hasta que adquiera un color ámbar oscuro (8-10 minutos). Verter inmediatamente en un molde para flan de 22 cm y girar para cubrir toda la base. Precalentar el horno a 180°C.
- Colocar una bandeja con agua en el nivel inferior para generar vapor. En una licuadora, batir los huevos, la leche condensada, la leche evaporada, la vainilla y la sal hasta obtener una mezcla homogénea sin burbujas. Colar la mezcla sobre el caramelo en el molde para eliminar grumos.
- Colocar el molde dentro de una fuente grande con agua caliente hasta la mitad (baño María). Hornear por 50 minutos o hasta que al insertar un cuchillo en el centro, este salga limpio. Dejar reposar el flan a temperatura ambiente 1 hora, luego refrigerar 3 horas. Para servir, pasar un cuchillo por los bordes, colocar un plato encima y voltear con firmeza.
Historia y origen
El flan cubano es un descendiente directo del flan español, pero con un giro caribeño: el uso de leche condensada y evaporada, productos que llegaron a la isla durante el auge azucarero del siglo XIX. Estas leches, más accesibles que la crema fresca en el clima tropical, le dieron al postre su textura característica y lo convirtieron en un ícono de la repostería casera.
¿Sabías qué?
En Cuba, el flan se sirve a menudo con una cucharada de café espresso encima, una tradición que combina lo dulce con lo amargo. Además, en algunas regiones se añade coco rallado a la mezcla para crear el «flan de coco», una variante tropical que refleja la creatividad de la cocina cubana.