Por Culinaria Mente
El budín de pan con leche condensada es un postre que evoca recuerdos de la infancia, un postre delicioso, fácil de preparar y con una textura suave y cremosa que se deshace en la boca.
¿Cómo preparar budín de pan?
El budín de pan con leche condensada es una receta sencilla, de arovechamiento y que requiere ingredientes básicos que probablemente ya tienes en casa y que con pasos simples te garantiza un resultado espectacular.
Información nutricional
Cada ración de budín de pan con leche condensada contiene aproximadamente 350 kcal, 55 g de carbohidratos, 12 g de grasas, 8 g de proteínas, 1 g de fibra, 38 g de azúcares, 50 mg de colesterol y 220 mg de sodio.
Receta de budín de pan con leche condensada
Preparación: 20 minutos
Cocción: 60 minutos
Raciones: 8 raciones
Ingredientes
- 6 rebanadas de pan añejo
- 1 lata de leche condensada
- 2 tazas de leche
- 3 huevos
- 1 cucharadita de vainilla
- 1 taza de azúcar
- ¼ taza de pasas
Instrucciones
- Colocar el azúcar en una cacerola a fuego medio y dejar que se derrita lentamente hasta obtener un caramelo dorado. Verter el caramelo en un molde para budín, cubriendo toda la base.
- En un bowl grande, desmenuzar las rebanadas de pan y agregar la leche condensada y la leche. Dejar que el pan se remoje durante unos minutos hasta que esté bien empapado.
- En otro recipiente, batir los huevos con la esencia de vainilla y añadirlos a la mezcla de pan, asegurándose de que todo esté bien integrado. Si se desea, incorporar las pasas.
- Verter la mezcla en el molde con caramelo. Llevar al horno precalentado a 180°C y hornear durante aproximadamente 1 hora o hasta que el budín esté firme y dorado. Dejar enfriar antes de desmoldar y servir.
Origen del budín de pan
El budín de pan tiene sus raíces en Europa, donde se utilizaba para aprovechar el pan viejo y transformarlo en un delicioso postre, que con el tiempo legó a América Latina, donde se popularizó, especialmente en países como Argentina y México.
¿Sabías qué?
En Inglaterra, se le llama «bread pudding», mientras que en Francia se conoce como «pain perdu», que significa «pan perdido», haciendo referencia a su origen como una receta para aprovechar el pan duro.